¿CONOCER GENTE EN UN BAR? ASÍ SE HA HECHO TODA LA VIDA...

¡Hola! ¿Qué tal? Soy Marián y me gustaría empezar proponiéndote un reto. ¿Conocer gente en un bar? Así se ha hecho toda la vida. Ya hace algunos años que pasé la barrera de los cuarenta, lo que significa que nací en los 80.

Aquéllos maravillosos años en los que todavía no existía internet y pocos eran los que tenían un ordenador en casa. Así que me veo en la imperiosa necesidad de hacer una pequeña reflexión. La vida, tal y como la conocemos ahora, era muy distinta. 

La década de los 80

Teníamos un teléfono fijo color verde aceituna con una rueda de números que, normalmente, estaba en el comedor y lo compartíamos entre toda la familia. De forma que tenías que tener mucho cuidado cuando recibías una llamada porque la privacidad brillaba por su ausencia.

Para comunicarnos con quien nos importaba se estilaban las cartas. Nos sentábamos en la mesa con un papel en blanco y dedicábamos unos minutos de nuestro tiempo para contarle a la otra persona todo lo que acontecía en nuestra vida. Luego la metíamos en un sobre cerrado con saliva, escribíamos las direcciones, le poníamos un sello y la echábamos en un buzón amarillo.

Bastaba con ir a los recreativos a pasar la tarde. Unos locales llenos de máquinas de videojuegos que funcionaban con monedas de cinco duros y que al terminar la partida te salía la primera palabra que aprendiste en inglés: game over. O a un bar con una rockola donde podías poner tu canción favorita y era sencillo socializar y conocer a otras personas.

Y las fotos… bueno, se usaban unas cámaras con carretes de 12, 24 o 36 fotos, disparábamos a discreción y luego llevábamos a revelar. Por supuesto, no existía la posibilidad de repetir la foto si no nos gustaba y no veías a nadie con el brazo extendido y la cámara girada pasando el tiempo haciéndose un selfie.

La realidad en la que vivimos

Cuatro décadas después no podemos salir de casa sin nuestro móvil, sólo recibimos multas o propaganda electoral y hemos cambiado sonrisas por morritos. 

Raramente viene alguien a tu portal, toca tu timbre y te pregunta «¿bajas?». Nadie queda directamente en algún sitio a una hora, así de simple. Nos compartimos la ubicación en tiempo real para saber por dónde vamos y cuánto tardamos… 

Ligar siempre fue un arte, eso de conquistar se ha perdido… Ahora conocemos a nuestras parejas por distintas aplicaciones donde unas cuantas fotos y, en el mejor de los casos, unas pocas palabras, bastan para deslizar a la derecha o a la izquierda dependiendo del grado de interés que te haya suscitado.

La inminente propuesta de conocer gente en un bar

Así que te brindo la oportunidad de volver atrás en el tiempo y recuperar esos encuentros donde vas conociendo a gente nueva. Citas rápidas cara a cara con personas reales, sin filtros fotográficos, con aficiones y valores similares a los tuyos que os hagan conectar. Y es que nada cautiva más que una sonrisa…

Poder conversar por un breve espacio de tiempo con otra persona te permite descubrir un Universo. Cómo se expresa, cómo se mueve, cómo camina, el olor que desprende, su sentido del humor, el brillo de sus ojos cuando te cuenta algo que le apasiona, lo interesante que te resulta su forma de pensar y tal vez conozcas a alguien que puede hacer que salten chispas.

Mi propuesta es conexión en un evento muy divertido y seguro ya que tendrás diez MiniCitas de diez minutos para conocer a diez personas maravillosas, como tú. Te reunirás en un entorno público y no tendrás que dar tus datos personales ni salir corriendo porque la otra persona «no es la de las fotos».

Vas a la mesa con tu primera cita para conversar con esa persona, después de diez minutos sonará una señal y alguien cambiará de mesa para tener la siguiente cita. Una vez finalizado el evento podrás votar a aquellas personas que te gustaría seguir conociendo y sólo en caso de que haya chispazo os pondremos en contacto. Así de fácil…

Resultados conclusivos

Sin expectativas, sin prejuicios y con muchas ganas de conocer a gente en la misma situación que tú. Alguien con quien poder entablar una sencilla amistad o empezar a construir algo bonito. No te cierres únicamente a encontrar pareja porque lo cierto es que muchas personas, simplemente, están tratando de ampliar su círculo de amistades. Tal vez conectes con alguien para poder ir al cine, a un concierto o a hacer un aperitivo.

Sí, antes la vida era diferente, ni mejor, ni peor, sólo diferente… Desde luego, las nuevas tecnologías tienen muchas cosas buenas. Irónicamente, de alguna forma te acercan a otras personas y lo hacen en tiempo real, pero al mismo tiempo también te alejan.

Todo depende de tu actitud. Puedes elegir conocer a alguien con esa fría superficialidad. O aceptar el reto de conocer gente en un bar. Acercarte, mirar a los ojos, preguntar su nombre, sonreír, pagar la primera ronda. Así, a la antigua…